[+13][C] Kibahina:"Amor no correspondido"-cap 1: "Una tarde de lluvia"

Akamaru fue quien levantó a Hinata, el pequeño perrito, sobre su pecho, lamía su rostro con entusiasmo. Hinata se sentó en su cama y acarició a Akamaru distraída.
-Naruto-kun –murmuró con tristeza mirando a través de la ventana, era un día nublado- parece que volví a soñar contigo… -
“Naruto” la sola mención de su nombre había hecho que sus mejillas enrojecieran.
De pronto Kiba la sorprendió entrando por la puerta entusiasta.
-¡Buenos días Hinata!- exclamó alegre y luego se dirigió a su perrito- ¡vamos Akamaru!, ahora es tiempo de levantar a Shino…
Hinata dejó de acariciarlo entonces y este abandonó la cama de un salto para luego salir corriendo por la puerta.
-Valla, parece que Akamaru te quiere- dijo Kiba mientras la joven se levantaba de la cama y veía la hora ¡se había quedado dormida! ¡Eran las 9 de la mañana!- Por lo general es un perro torpe- continuó Kiba, ¡vamos Hinata!- trató de animarla al ver su expresión de preocupación- recuerda que habíamos acordado descansar hoy… ayer avanzamos mucho. Los hubiera dejado dormir mas a Shino y a ti pero ¡hice un desayuno muy rico!
Hinata sonrió, en realidad no quería descansar pero no podía aprovecharse de la buena voluntad de sus amigos. Hacia unos días Naruto se había escapado de Konoha para ir en busca de Sasuke y lo único que había dejado era una nota que rezaba “ Me he decidido a enfrenarlo, solo cuando le gane podré traerlos de vuelta” .¡ Siempre tan terco e impulsivo! Todos en la aldea estaban muy preocupados pero habían decidido no hacer nada. “Esperaremos” había resuelto Kakashi sensei “Sasuke no sería capaz de matarlo, pero el a cambiado mucho y Naruto deberá entenderlo por su cuenta”
Sin embargo Hinata, por supuesto, no se quedaría sin hacer nada y rastrearlo no sería difícil. Así, a la noche siguiente de la partida de Naruto, ella también decidió irse. Pero no fue la única, para su sorpresa Kiba y Shino la esperaban en la salida de Konoha. “Se que no podremos detenerte” le habían dicho sus amigos, “así que te acompañaremos, después de todo somos un equipo” habían concluido.
De pronto los ladridos de Akamu sacaron a Hinata de sus pensamientos. Ella y Kiba abandonaron la habitación para buscarlo.
Cuando llegaron al cuarto de Shino, se asustaron al ver al pobre animal siendo atacado por cientos de insectos.
-¡Déjenlo en paz!- protestó Kiba, mientras que, con Hinata, comenzaron a correrlos.
-Ese perro- dijo Shino , que se encontraba parado al lado de su cama- ha perturbado mis sueños y roto parte de mi ropa…- a continuación señaló unos pantalones que estaban a los pies de su litera, todos se hallaban mordidos y llenos de pisadas.- Ahora váyanse- dijo- tengo que cambiarme. – Los insectos regresaron a el y Akamaru, liberado, saltó a los brazos de su dueño.
Hinata recordó también que ella seguía con su pijama; un pantalón corto y una remerita rosa con lunares celestes y ruborizada regresó a su habitación a cambiarse.
Luego de dos días sin sueño, siguiendo el rastro de Nauto, habían llegado a un pequeño pueblo abandonado. Se encontraba perdido en un bosque cercano a la aldea de la lluvia, lugar en el que Kiba los había convencido a quedarse unas noches. El pueblo apenas estaba compuesto de tres cuadras, separadas por estrechas callecitas de piedra. No había un solo árbol, pero apenas se abandonaban esas tres cuadras, se encontraban rodeados de un bosque inmenso. Las casas eran todas parecidas, con paredes gastadas, de un piso y techo de paja. Eran muy humildes y pequeñas, pero el refugio ideal para tres viajeros cansados. Aquel pueblo había sido abandonado hacia 10 años producto de una falsa alarma de guerra y desde entonces nunca nadie había regresado.
Hinata luego de cambiarse, contemplo la ventana, la vista de las pequeñas casas y el vacío de sus calles, la llenaba de tranquilidad. Miró el cielo, las nubes eran muy densas, seguramente pronto llovería. La joven fue a la cocina, quedaba apenas cruzando un pequeño pasillo, Kiba la esperaba sentado frente a una mesita de madera. Había hecho bolitas de arroz y jugo de naranja.
La joven se sentó a su lado y sonrió con timidez. Tomó una bolita de arroz y la probó- esta muy rico- dijo despacio- y era verdad, a su amigo se le daba muy bien cocinar.
De pronto cientos de insectos ingresaron en la habitación y subieron a la mesa, en la parte donde estaba servido el desayuno de Shino.
-¡No quiero insectos en la mesa!- protestó Kiba molesto, mientras los veía devorar las bolitas de arroz que había hecho con tanto esfuerzo. Shino se limitó a ignorarlo.
Mas tarde, cerca del medio día, como lo había predecido Hinata, comenzó a llover con fuerza. La joven desde su cuarto, contemplaba por la ventana como cientos de insectos ingresaban en la casa.
-¡Shino!- se lo sintió protestar a Kiba de nuevo- no se como pero haz que tus insectos se limiten a entrar en tu cuarto.
-Mi habitación es pequeña- respondió Shino con calma- aunque- dijo dubitativo- quizá a Hinata no le moleste compartir su cuarto con ellos, es solo mientras dure la lluvia…
-¿Qué?- exclamó Kiba, pero luego la joven ingreso en la sala donde estaban.
-No es problema- dijo con una tímida sonrisa- de todas formas iba a pasear un rato, me encantan los días de lluvia.
Kiba rendido suspiró y fue con su amiga
-¿Te molesta si te acompaño? También me gusta la lluvia…
Entonces los dos amigos abandonaron la casa y caminaron despacio por las estrechas callecitas de piedra.
-Vamos a quedar empapados- comento Kiba sonriente
-Si lo lindo es mojarse, además hace calor…- respondió devolviéndole la sonrisa. Por lo general le costaba mucho mirar a las personas cuando hablaba ya que no podía evitar ruborizarse y sentirme incómoda, pero con Kiba era diferente, el era su mejor amigo, y con quien siempre podía ser ella misma.
-Naruto es un tonto- dijo Kiba mientras pateaba una piedra, esta calló no muy lejos- nos es justo que nos haga pasar por tan mal rato a todos los que nos preocupamos por el…- luego la miró un poco incómodo- en especial a ti- agregó y sus mejillas se ruborizaron. Avergonzado bajó la vista con rapidez y miró el charco en donde había caído la piedra. Contemplo el reflejo de Hinata con tristeza- es muy doloroso cuando te enamoras de alguien cuyos sentimientos no te corresponden….
El reflejo de Hinata le devolvió la mirada
-Parece que a ti los días de lluvia te ponen triste- le dijo poniendo una mano en su hombro. Kiba se volvió y sonrió
-Claro que no
-Espero encontrar un arco iris cuando termine la lluvia- dijo su amiga contemplando las densas nubes cargadas de agua.Te muestran el camino a los sueños, pero aunque lo puedas ver ,es un camino inalcanzable.Y pesar de ser inalcanzable, los arco iris llenan de esperanza..
“ ¿Es que así de lejana estas para mi? “ pensó Kiba pero no dijo nada.
Sin embargo la joven debió de leer la pena en su rostro porque luego divertida lo empujo al charco.
-¿Sabes que también es lindo de la lluvia?- le preguntó
-¿Qué?
-Embarrarse – respondió y le tendió la mano para que se levantara. Kiba la acepto y con una sonrisa pícara tiró para atrás haciendo que ella también cayera en el agua.
La joven comenzó a juntar lodo para lanzarle y Kiba hizo lo mismo. Así bajo la lluvia, jugaron juntos toda la tarde. Corriendo, lanzándose barro o saltando en charcos y salpicándolo todo. Incluso cuando la lluvia empeoró ambos siguieron riendo y bromeando todos mojados y sucios y olvidando aunque fuese por unas horas, el dolor de un amor no correspondido.